«28J» -Sejo Carrascosa-
28 J
Aunque el año que viene se celebrara el 50 aniversario de la revuelta de Stonewall, mucha gente todavía desconoce cómo surgió lo que cada 28 de Junio se celebra.
Hay que recordar que en el Stonewall Inn, un bar de Nueva York donde se juntaban travestís, bolleras, jóvenes afeminados sintecho y otras corporalidades, marginales no heterosexuales, se hizo frente a la policía que hacia una de sus redadas habituales para extorsionar a la clientela. Que lo que que empezó como una resistencia a la prepotencia de los maderos se convirtió en una batalla campal que duro tres días y noches con numerosas detenciones y personas heridas.
Desde entonces los 28 de Junio se sigue saliendo a la calle para mostrar el orgullo de los cuerpos y deseos denostados y reprimidos por la norma heterosexual. Pero la situación ha ido cambiando y se han ido conquistando logros, sobre todo en el campo legislativo, que hacen posible una mayor supervivencia y visibilidad.
Pero lo que antaño surgió como una rebelión por la propia supervivencia, por una autoafirmación y por un cuestionamiento de las normas de género y deseos heterosexuales, ha llegado a ser un acto de celebración de la llamada diversidad sexual que en la actualidad se encuentra en una sopa de letras por completar conocida por LGTBI…etc.
Las reclamaciones han cambiado y poco a poco se han ido haciendo hueco en el sistema, ya hay fiestas en locales comerciales ajenas a la reivindicación, y en las administraciones publicas se abren nichos en las estructuras de igualdad con clara visión asistencialista e integradora.
Es el momento de preguntarnos si la inclusión de nuestras reclamaciones de derechos han dejado de tener una matriz transformadora y si se están convirtiendo en algo conservador y adormecedor de los propios movimientos que las plantean.
Empieza a parecer que hay un buen rollo con las sexualidades no normativas, por un lado mientras se siguen produciendo discriminaciones a esas mismas sexualidades cuando no están dentro del sistema. Se niega el asilo político a las personas refugiadas por su orientación sexual o identidad de género, se ignoran los problemas de una bollera gitana, no se reconoce ninguna sexualidad en las personas con diversidad o se obvian los problemas de las personas transexuales para conseguir trabajo. Estos son ejemplos de que la realidad sigue siendo cruel y dolorosa.
Por eso no podemos olvidar, como en el feminismo, que la lucha de las bolleras, de los maricas y de las trans exige cambios radicales y que nuestra lucha es anticapitalistas y no nos conformamos con las migajas que se nos dan desde las políticas neo liberales.
No nos olvidamos de la injuria, del insulto que nos marco desde pequeñas, lo exhibimos con orgullo, con el orgullo y la esperanza de poder vivir unas vidas dignas, vidas que no se pueden desarrollar en un sistema que está basado en la desigualdad, no se puede expresar el deseo con el estomago vacio, no hay identidad de género a construir mientras te desahucian, no es fácil ser el mariquita del cole en una escuela segregada, es muy difícil ser bollera, ligar y establecer vínculos cuando se depende de la RGI. Las mismas realidades, o muy parecidas, de las de nuestras hermanas que se enfrentaron a la policía hace casi 50 años y eso no lo podemos olvidar.
Por eso mañana, saldremos a la calle, no para celebrar nuestra supervivencia en condiciones hostiles, si no para mostrar nuestra ira contra un sistema en el que no creemos y queremos cambiar.
Pero, es cierto, que entre la rabia surgirán miradas y deseos que nos ayuden a crear redes y placeres en los que reconocernos, cuidarnos y ayudarnos a resistir a la hostilidad del sistema. Quien va a querer perderse eso?
Te esperamos
Sejo Carrascosa
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