«La calle no es vuestra» -Arabako Emakumeen Asanblada-
A finales de verano, y ante una agresión sexual en Vitoria- Gasteiz, el alcalde de declaró que saldría a la calle cada vez que se cometiera un acto de este tipo. Desde entonces hasta ahora, ha habido diferentes actos de violencia contra las mujeres todas las semanas en esta ciudad. Esta rotunda afirmación, nos dejó perplejas por ser quien es el sujeto de enunciación y por el lugar desde el que emitía tal declaración. ¡El alcalde de Gasteiz llamaba a la ciudadanía a movilizarse en las calles para luchar contra la violencia machista!
Que quién tiene entre sus obligaciones la organización de la ciudad a través de los recursos públicos e institucionales llame a la movilización en las calles nos parece poco serio, poco respetuoso y, sobre todo, fuera de lugar. Nos parece más un acto performativo, que otra cosa. No podemos abstraernos de que quien lo dice, representa y ostenta un cargo de responsabilidad como el de alcalde. No es que pensemos que la clase política no pueda salir a la calle, ni mucho menos, incluso aunque estén gobernando en las instituciones. Pero pensamos que su lugar en la calle debe ser el de una ciudadana más, ya que no es la calle el lugar desde el que trabajar para el que han sido elegidos, aunque se otorguen la potestad de decidir quién es digno de hacer uso de ella y quién no.
La calle no es de nadie, es de todas y de ninguna a la vez, sobre todo, porque el espacio público está cada vez más privatizado. La calle es el lugar en el que nos expresamos los movimientos sociales, desde el que denunciamos y reivindicamos y en el que nos movemos y vivimos día a día. Cuando ocupamos este espacio con una pancarta estamos reivindicando algo, interpelando a alguien: a la sociedad en su conjunto y a la clase política en particular; no por nada, sino porque son quienes tienen los recursos públicos en sus manos para darles una u otra salida. Cuando ocupamos la calle con nuestros cuerpos, expresamos nuestra rabia y cuando exhibimos una pancarta de nuestra lucha feminista, nos estamos visibilizando nosotras, las que enfrentamos las violencias. Pero, cuando la clase política, a iniciativa propia sale a la calle y despliega una pancarta con un lema contra la violencia machista: ¿a quién interpela?, ¿a sí misma?, ¿a quién le habla?, ¿qué pide?, ¿se están autointerpelando por lo que no están haciendo en sus despachos? Les recordamos que lo sentimos pero ¡no es la calle el lugar que os corresponde!
Nos parece una pose innecesaria, aun más sabiendo que desde las instituciones públicas no se hace lo suficiente para combatir esta realidad y este sistema patriarcal – y no lacra, como dicen algunos-. La violencia contra las mujeres* no es una lacra, ni algo residual, aislado y anecdótico que sucede de vez en cuando, es estructural.
Lo que ocurre cuando se subvierten las cosas de esta manera es que sale a la luz la hipocresía de quienes gobernáis, y que detrás de vuestro discurso fácil lo que de verdad estáis haciendo es tratar de suplantar a los movimientos sociales en un acto de irresponsabilidad respecto a vuestras tareas correspondientes, además de alimentar la estructura que sustenta el sistema que permite que la desigualdad y la violencia contra las mujeres sigan en el centro del tablero.
Visto el desplazamiento que se da en este caso, nos vamos a desplazar nosotras ahora y situarnos en vuestros despachos y repasar si en vuestras políticas públicas estáis realmente luchando contra la violencia machista. Os lanzamos las siguientes preguntas a modo de reflexión:
¿Ha reforzado el ayuntamiento el grupo de violencia de género de la policía municipal para que preste servicio 365 días al año y 24 horas al día o sigue siendo un grupo reducido que no alcanza a atender a todos los casos se presentan?
¿Se sigue cuestionando a las mujeres en diferentes instancias municipales (comisaria, servicios sociales de base, urgencias sociales…) cuando relatan estar enfrentando violencia de género, o se les cree, apoya, protege y refuerza?
¿Muestra el consistorio una disposición y un compromiso con la prevención de la violencia apoyando a los grupos que trabajan este ámbito en el día a día?
¿Atiende a todas las mujeres por igual, o se le siguen quedando mujeres fuera de los circuitos municipales de atención porque tienen un perfil que no encaja en sus formularios institucionales?
¿Reconoce la parte política todas las violencias por igual o sigue pensando que hay violencias más graves que otras como si no pertenecieran al mismo sistema heteropatriarcal?
¿Aplican los protocolos que elaboran o según cuándo y cómo?
¿Reconoce al movimiento feminista y los grupos de mujeres como interlocutores en temas de violencia o rivaliza al no aceptar las críticas que desde éstos recibe?
Señores, déjennos la calle y entren en sus despachos a hacer los deberes. No pretendan confundirnos con su omnipresencia y muestren resultados reales y apuestas firmes y valientes para que la lucha contra la violencia machista dé resultados.
No vamos a perder más tiempo recordando cuál es el lugar de cada cual en una concentración, no queremos que siga habiendo motivos para acudir a ellas y para eso es necesario que dejéis de poneros en el centro y empecéis a comprender que a cada cuál le corresponde estar donde le corresponde estar. A vosotros en vuestros despachos y a nosotras recordándoos lo que estáis haciendo mal.
Asamblea de Mujeres de Álava/ Arabako Emakumeen Asanblada
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