Ni un solo euro para la industria militar
NI UN SOLO EURO DE LOS PRESUPUESTOS DE EUSKADI 2023 PARA SUBVENCIONAR LA INDUSTRIA MILITAR VASCA.
El colectivo de Mujeres Contra la Guerra (Emakumeok Gerraren Aurka), se dirigió por escrito a los grupos, del Parlamento Vasco, a excepción de Vox, para solicitar la inclusión de una clausula en el anteproyecto de presupuestos 2023.
Ante el clamoroso silencio tanto institucional como de los medios de comunicación, quiero compartir con las oyentes escotilleras algunas de las razones planteadas en el documento presentado.
En su argumentario, contextualizado en la actual situación de las guerras que actualmente azotan a la Humanidad, en el incremento generalizado de producción de armas justificado por un perverso discurso, según el cual, la escalada militar es necesaria porque garantiza la seguridad humana…
ELLAS PLANTEAN DE FORMA CONTUNDENTE:
** Que una de las tareas principales de las instituciones ha de ser la de trabajar para garantizar una vida digna para todas las personas estableciendo unas relaciones basadas en la equidad y el cuidado y no en la explotación y la violencia.
** Que el camino hacia la “seguridad humana” es absolutamente incompatible con el apoyo a las guerras
** Que es éticamente insoportable la financiación con dinero público de la industria militar; hecho que, como sociedad, nos convierte en cómplices de muertes y destrucción. Nos deshonra.
** Por ello hacen un (…) “llamamiento a todos los grupos políticos del Parlamento Vasco para que en los presupuestos de 2023 se incluya una cláusula en función de la cual ni un solo euro de los presupuestos públicos pueda dirigirse a subvencionar las industrias que directa o indirectamente se dedican a la fabricación de cualquier elemento de uso militar, ni a proyectos de I+D o de I+D+i que sean de aplicación militar”.
** Y reclaman que estas partidas “militares” se destinen a proyectos de conversión de las industrias militares existentes a industrias civiles de utilidad social tal y como se recoge en la “ Carta de Justicia y Solidaridad con los Países Empobrecidos” aprobada en el Parlamento Vasco en 2007 y en la que se recoge “Promover… la utilización alternativa de todos o una gran parte de los recursos invertidos actualmente en gastos militares para cubrir las necesidades sociales, humanas y ambientales, tanto en los países enriquecidos como en los empobrecidos.”
** Asimismo, y por considerar una auténtica barbaridad que con dinero público el Gobierno Vasco haya invertido en la empresa aeronáutica ITP, dedicada a la fabricación de aeronaves de uso militar, exigen la anulación de ese acuerdo en base al cumplimiento del Artículo 3.3 de la ley anteriormente citada en la que se dice que “…el Gobierno Vasco no colaborará de ninguna forma con aquellas personas físicas o jurídicas dedicadas a la producción, comercialización y financiación de armas.”
El silencio, el ninguneo por respuesta. Es un tema tabú.
¿Qué tal si escuchamos algunas ideas, entresacadas del discurso pronunciado por Gervasio Sánchez, periodista y fotógrafo, con ocasión de la entrega de los premios Ortega y Gasset-2009?
Así se manifestaba Gervasio Sánchez: (…) “Es verdad que todos los gobiernos españoles desde el inicio de la transición permitieron y permiten las ventas de armas españolas a países con conflictos internos o guerras abiertas”.
(…) “Es verdad que me siento escandalizado cada vez que me topo con armas españolas en los olvidados campos de batalla del tercer mundo y que me avergüenzo de mis representantes políticos”
(…) Pero como Martin Luther King yo también tengo un sueño: “que, por fin, un presidente de un gobierno español tenga las agallas suficientes para poner fin al silencioso mercadeo de armas que convierte a nuestro país, nos guste o no, en un exportador de la muerte”.
Yo también me avergüenzo de quienes dicen representarnos. PERO sobre todo me preocupa la pasividad e indiferencia sociales y me horroriza el pensar que hayamos naturalizado la existencia de un centenar de empresas de producción militar en Euskal Herria.
Pero creo que “tipi-tapa”, vamos sembrando semillas que algún día germinarán para conseguir que el rechazo social a la producción militar en Euskal Herria se convierta en una de las principales prioridades de nuestra sociedad. Porque “Sin gasto militar otro mundo bien distinto sería posible” y porque, como expresó Maialen Lujanbio en la Final del Campeonato de Bertsolaris en Iruña es hora de impulsar luchas ante la desesperanza que está trayendo consigo este mundo…
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