Basoa: ejemplo de impoder
El capitalismo ni está, ni estará en crisis. Su capacidad de exterminación, de explotación, de incrementar las desigualdades entre clases, etnias, sexos, edades y demás condiciones sociales ha demostrado ser infinita y exponencial. Es capaz de fagocitarlo todo, de devorarlo todo, de producir y justificar cada vez mayores atrocidades convirtiéndolas en verdades indiscutibles.
Por eso, desde dentro del capitalismo jamás a lo largo de la historia contemporánea se ha conseguido poner límites al expolio ecológico, al incremento de la pobreza, a la acumulación de la riqueza, a la violencia institucional, a la adultocracia, al heteropatriarcado, al colonialismo, a la aniquilación de pueblos enteros masacrados comercial y militarmente para apropiarse de sus recursos naturales.
Dentro del mercantilismo de acumulación solo hay malestar social. Sin embargo, fuera ha habido y hay otras formas de relación. ¿Qué significa fuera del capitalismo? Significa que han existido y existen casi siempre invisibilizados, muchos espacios construidos en los que sus actores no responden al sujeto político y psicológico que piensa, siente y actúa como el capitalismo necesita que lo haga, sino en base a valores y actitudes que no son las propias del individualismo burgués, del racionalismo instrumental o de la competitividad. Decidieron dejar de quejarse, de fingir, de creer que algo podía cambiar dentro de la arquitectura y de la maquinaria de un sistema demencial que tritura y exprime a las personas para obtener dinero. Por ello sufrieron y sufren el exilio y el encarcelamiento, cuando no el asesinato.
Estas experiencias que son el germen de nuevas revoluciones, se autogestionan e interconectan, creando redes que potencian vínculos sociales fuera del poder. Su dinámica común consiste en destruir las relaciones de poder y, en construir relaciones que no se fundamenten en ninguna forma de ejercicio del mismo, son un impoder, un antídoto contra la impotencia. Como uno de los miles ejemplos: Basoa, defendatzaileen etxea.
César Manzanos
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