Guerras culturales
“La guerra (militar) es la continuación de la guerra cultural con otros medios”: apuntes sobre guerras culturales e imperialismo global
En los últimos tiempos, mucho se habla de “guerra híbrida” como la nueva forma que han asumido los conflictos contemporáneos. Por guerra híbrida se entiende, comúnmente, una forma de guerra que va más allá del conflicto militar y moviliza no solo el complejo militar-industrial, sino hasta medios y sujetos de la “sociedad civil”. El problema de esta concepción de guerra híbrida es que su alcance analítico es limitado. En efecto, sería un error considerar la guerra híbrida como una herramienta en tiempos de guerra. La guerra híbrida es LA forma de guerra del capital en tiempos de paz. Para dar nombre a este proceso, en Abya Yala, desde hace tiempo, se habla de “guerras culturales”.
El modo de producción capitalista en su fase de crisis civilizatoria es una maquina productora de guerras culturales. El imperialismo del Occidente colectivo lleva adelante la guerra cultural y cognitiva como condición de su existencia y expansión. La guerra cultural/cognitiva no es solo la propaganda de guerra de la OTAN, la censura mediática y política o las campañas de desinformación de los medios de comunicación. La guerra cultural/cognitiva es la ideología capitalista que se produce en tiempos de paz, lo que se fabrica en Hollywood, en Netflix o en los despachos de las ONGs que participan de la “descomunización” del Este Europa o del imperialismo cultural en Abya Yala.
Como nos dice Eliades Acosta Matos en “Imperialismo del siglo XXI: Las guerras culturales”, la guerra cultural no es un arma más dentro de un más amplio conflicto militar, sino el preámbulo y la continuación de una guerra convencional. Hoy en día el imperialismo cultural no tiene por objetivo último vulnerar las fronteras terrestres o aéreas de un Estado enemigo, sino colonizar las mentes y las almas de los seres humanos. Lo más importante (e innovador) de estas guerras ideológicas, cultural y cognitivas es su objetivo: la guerra cognitiva/cultural, como estamos viendo en la nueva ofensiva imperialista global, no apunta solo a desarmar ideológicamente al pueblo enemigo (en la periferia imperialista), sino que es una guerra para aniquilar el sentido crítico de la propia población del centro imperialista.
En la fase del capitalismo en la que “las fuerzas productivas se convierten en fuerzas puramente destructivas”, la militarización de la “sociedad civil”, el convertirnos en carne de cañón al servicio de los intereses del gran capital, pasa por su idiotización. En la guerra total lanzada por la OTAN contra a los pueblos trabajadores del mundo no “estamos en guerra” contra al enemigo, sino que nosotros (nuestra mente y nuestras almas) somos el botín de guerra de la ofensiva imperialista global.
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