Desde la Plataforma Santo Domingo Bizirik! han vuelto a denunciar la “dejadez” y el “abandono municipal” ante la grave situación socioeconómica que vive la calle Santo Domingo. Esta vez, denuncian que ha llegado hasta el extremo de convertirla “literalmente en cementerio incluso de seres humanos“.

No es una exageración. Un vecino de la calle Santo Domingo ha permanecido fallecido al menos trece meses en el interior de su casa. Y desde la plataforma no dudan en señalar al Ayuntamiento de nuevo como “máximo responsable, porque los datos así lo demuestran”. Hace casi ya trece meses, el 26 de junio de 2017, la comunidad del edificio donde ha aparecido el cadáver, presentó una solicitud al Ayuntamiento en la que tras comunicar que del piso en cuestión “sale un olor y los vecinos creemos que además de lo desagradable de la situación esto puede suponer un problema de salud pública, ya que no sabemos a qué se debe, pero estamos convencidos de que puede ser un foco de infección”, exigían.

Pedían, además, que “la administración tome cartas en el asunto y actúe a la mayor brevedad posible, ya que con el calor los olores son insoportables”. Semanas después, queda claro que tampoco el vecindario del edificio exageraba.

Un mes después, un inspector del Servicio de Salud Pública realizó un informe instando a que, aunque no se conociese la titularidad de la vivienda, era necesario entrar para averiguar el origen del hedor que salía de la misma. Dos meses después, ante la falta de novedades, el vecindario del edificio volvió a solicitar intervención municipal, lo que tuvo como consecuencia una nueva inspección que se reafirmó en lo ya señalado en la anterior, aunque haciendo constatar un mayor nivel de pestilencia y remarcando la urgencia de la intervención. Esa urgencia volvió a ser señalada por una tercera inspección a finales de diciembre pasado.

“¿Y a partir de ahí? Lo dicho, dejadez y abandono municipal… Hasta que 13 meses después de la primera denuncia vecinal, el pasado lunes 16, cuando se procedía a la limpieza de la vivienda, se encontraron con el cadáver del hijo del anterior dueño que había fallecido como mínimo hace esos 13 meses y que, además, había acumulado en la vivienda gran cantidad de objetos inservibles, como consecuencia de lo cual se han tenido que retirar decenas de bolsas de basura con restos de todo tipo que han llenado un contenedor de obra”, denuncian en la nota.

“¿Alguien se imagina que una situación similar se hubiera dado en otra zona de Gasteiz?”, se preguntan. “Porque aquí  la cuestión no es que una persona fallezca sin que el resto del vecindario conociera sus circunstancias, que eso puede ocurrir en cualquier calle, sino que el Ayuntamiento ha obligado al vecindario de este edificio de la calle Santo Domingo a padecer un hedor insoportable y posible foco de infección durante más de un año“, lamentan.

“¿Cómo es que los Servicios Sociales del Ayuntamiento, en los que el fallecido tenía ficha, no han hecho un seguimiento sobre la situación de esta persona que repentinamente desaparece? ¿Cómo es que los Servicios de Salud municipales no han puesto en marcha medidas de urgencia ante lo que era un evidente foco sanitariamente peligroso?”, preguntan.

Desde la plataforma insisten en que “lo importante de esta situación no es el morbo que pueda causar en alguna gente la situación tan traumática padecida por el vecindario de este edificio de Santo Domingo al enterarse, sino la dejadez y abandono municipal que han hecho posible esta situación”.

Situación que ahora parecen querer esconder. Porque, curiosamente, a pesar de la presencia en la entrada a la vivienda de la Policía Municipal, la página web municipal que habitualmente recoge los partes de la Policía Local no recoge nada sobre este suceso. “No vaya a ser que los medios se enteren y lo difundan”, dicen desde Santo Domingo Bizirik!. “Lo dicho, muchas veces hemos denunciado que el Ayuntamiento parece empeñado en convertir a la calle Santo Domingo en un cementerio, pero no pensábamos que fuera tan literalmente, y nosotras no estamos dispuestas a asistir como simples plañideras de su entierro”, concluyen.

Calle Santo Domingo, de la dejadez institucional a la autoorganización vecinal