Lo escondido durante 30 años a la luz pública: las pruebas de la tortura
El 20 de agosto de 1993, sobre las 5:00 de la madrugada, el equipo sanitario de Urgencias del Hospital de Santiago de Vitoria-Gasteiz intentó infructuosamente revivir a Juan Calvo, en vano: el bilbaíno salió cadáver de la comisaría de Arkaute. Uno de los médicos recriminó indignado a los policías lo que habían hecho. Al llegar a casa, recogió todo lo que recordaba en un escrito de dos folios para que lo ocurrido no quedara en el olvido. Luego, temiendo las consecuencias, lo ocultó. Ahora lo ha puesto en manos de ARGIA.